25.11.13

Welcome to Fabulous Las Vegas

Volver de las Vegas es volver a la realidad. Aunque tampoco voy a quejarme del lugar al que tengo que volver...

Mis expectativas después de Los Angeles no eran muchas, pero después de recorrer medio mundo para quedarte a 5 horas de Fabulous Las Vegas, no ir ya sería delito. Así que lo consideras casi como un deber. Pero pasas tan buen tiempo en esa ciudad que ya no es un "deber ir", sino un "deber disfrutar".


El viaje empezó, como siempre, con problemas, pero una vez que me vi en la habitación del hotel (Circus Circus), en the Strip, sabía que todo tenía que ir bien. Primera gran noche en la ciudad, aunque no pudiéramos hacer nada de lo que se supone que se hace en Las Vegas: salir de fiesta y jugar (quiero 21 YAAAA). Caminamos cerca de 20 kilómetros, porque la callecita bonita es interminable. "Mira, allí está el cartel, lo puedo ver, está justo ahí, ahí mismo, llegamos enseguida". 25 minutos más tarde maldices el tamaño de los hoteles, que no hace más que confundirte. Si la media de habitaciones por hotel es de más de 3.000, y tienes la idea de que es un hotel de un tamaño normal (no ya español, no), parece que todo está cerca. PERO NO.

Y luego está el frío. Más capas de ropa encima imposible, así que el glamour también lo dejamos aparte.

Llegar al hotel, dormir 3 horas y levantarse a las 4 de la mañana para poner rumbo al Gran Cañón. 11 horas de bus en total en ese día, para estar tan solo 50 minutos allí. Aun así, puedo decir que mereció la pena. Porque yo no sabía (shame) que en el Gran Cañón nevaba, porque pensaba que en un puñetero desierto no es que no haga frío (noooo, para nada). Simplemente, que no llueve. Pues bueno, al menos hemos vivido una experiencia diferente a la habitual. El blanco de la nieve y el rojo de la piedra intercalados para formar un paisaje de infinita belleza. Aunque se hubiera disfrutado más si no fuera por los 0ºC y el vientecito agradable que atravesaba todo lo atravesable.


Vuelta a Vegas... Y más Strip, arriba y abajo. Mi hotel favorito, de entre los que visitamos, the Venetian, seguido del Bellagio. Preciosos. La ciudad parece un copy/paste de los lugares más emblemáticos del mundo, pero el resultado es bastante mejor que el de un trabajo cuya fuente única es Wikipedia.


A pesar de haber dormido poco más de 10 horas en tres días, lo recomiendo. Es una matada de viaje, pero no es una oportunidad de la que se pueda disponer siempre que se quiera.


And, you know what they say, what happens in Vegas stays in Vegas.

17.11.13

Beautiful San Diego

Estoy enamorada. Cada día tendría que durar 48 horas para poder alargar al máximo esta experiencia. Y una de las cosas de las que me enamoré, sorprendente, es de la ciudad de San Diego. Después de la mala impresión de Los Angeles, cualquier cosa es mejor, pero dowtown San Diego tiene un encanto...

Una de las cosas más interesantes fue el Centro de Convenciones. Se estaba celebrando una Conferencia Internacional de Neurociencia (razón por la que Caroline estaba aquí), y tuve la oportunidad de ver las instalaciones por dentro. Lástima que mi limitado visado no me permita estar aquí para visitar este centro para la Comic-Con, porque tiene que ser, cuanto menos, impresionante. 30.000 personas disfrazadas de personajes de cómic. I'm down.

Mi compi querida tenía el coche este fin de semana, y hemos aprovechado para conocer las cualidades culinarias de estos americanos. Cena de viernes en Stacked, el mejor sitio de burgers que he probado con diferencia ("you're gonna get fat"). Y esta misma mañana, desayuno de calidad (o gordura, según se mire) en Pacific Beach, uno de los mejores lugares de San Diego.

Otra cosa que me impresiona es la capacidad de innovación que existe aquí. ¿A quién se le ocurre montar una fiesta típica de pueblo, con escenario, DJ, y atracciones de feria, en pleno campus universitario? Pregunta retórica. Y esto dentro del día del Día del Fundador. [En España se daría un discurso.] Nombre de la celebración: Hullaballoo, antesala del GRAN festival que llegará en unos meses, Sun God. Según me han contado, creo que se merecerá un post aparte.

Pero con lo que me quedo ha sido con la tarde completa del día de hoy. Desde las 12 de la mañana cocinando tortilla (para que os hagáis una idea, hemos gastado 25 huevos). Todo como preparación para la Noche de la Cultura Europea. El tema del festival era Eurovisión, así que todas las actuaciones (solo 4) han girado en torno a él, con traducciones al francés y puntuaciones incluidas. España ha quedado, para no variar, penúltima, pero nos hemos divertido. Mix de la Macarena, Aserejé y Antes muerta que sencilla. Y toda la I-House bailando con nosotros. Ponemos el punto gracioso :)


Aquí una servidora no tuvo idea mejor que ofrecerse para ser la presentadora de la noche. Tras los nervios iniciales, todo ha empezado a ir sobre ruedas, y me he encontrado corriendo de un lado para otro en tacones y cambiando de vestido, como Eurovisión nos tiene acostumbrados. GRACIAS por la oportunidad.

Recordad mi nombre y guardad los vídeos para cuando sea famosa.



P.D.: Mis conocimientos de coreano van mejorando. El otro día estuvimos viendo una película surcoreana subtitulada en inglés y hasta entendí algunas frases (¿palabras?). Comedia romántica tan surrealista como pueden ser las españolas. Fue muy curiosa, pero me encantó. Todo sobre mi mujer.

9.11.13

Los Angeles, años 20

Dejé el último post con bastantes cosas preparadas para esta semana. Y han sido tantas que no he tenido tiempo para escribir. Viaje, cumple, parcial y entrega de trabajo. Pero ahora puedo relajarme momentáneamente.


Halloween en EEUU, por primera vez (y espero que no última). Tema de la fiesta a la que fuimos, cross-dress. Es decir, chicos vestidos como chicas, chicas vestidos como chicas. Mi disfraz, camiseta de Sergio Ramos de la Selección Española, proporcionada irónicamente por mi compañera de piso americana. Fue una noche muy, muy divertida. Y ese Sergio Ramos no tuvo otra cosa que hacer que aprender a montar en monopatín a las 12 de la noche. Cosas de la I-House.


Después de esa noche, hacer la maleta a la mañana siguiente, almorzar, ir a clase y poner rumbo a la estación de tren. Cogimos el Amtrak por primera vez, y no fue una experiencia muy satisfactoria. 60$ ida y vuelta. El precio no está mal, salvo si tienes en cuenta que vendieron más billetes que asientos tiene el tren y tuvimos que ir 2 horas y media (encima llegó con retraso) sentadas en el suelo. La vuelta, sin embargo, mereció la pena. No todo son críticas.

Llegamos a Union Station - Los Angeles a las 7 de la tarde aproximadamente. De ahí, directamente al motel en Hollywood y a descansar para lo que nos esperaba. El motel, igualito que el de Psicosis, aunque ya me regañaron por mencionar este detalle.

El sábado, muy temprano, salimos hacia Universal Studios. Puedo decir sin ninguna duda que fue lo mejor del viaje. Y más aún considerando que, por una entrada de un día, nos han regalado un pase anual. No será la única vez que vayamos, eso queda claro. Está genial, y no ya solo por las atracciones, que no son muchas, sino por el ambiente y caracterización del parque. En un momento estás dentro de Parque Jurásico, y después vas en una montaña rusa completamente a oscuras que emula a la pirámide de La Momia. Bestial, muy recomendable. Además, hizo un día perfecto, lo que hizo que todo luciera incluso mejor. 30ºC, con lo que el agua de las atracciones se agradecía.


Abrimos y cerramos el parque, pero nos quedó tiempo para coger el metro y plantarnos en la puerta del Dolby Theater, con Paseo de la Fama incluido. Está claro que hay que verlo, porque hay que verlo, pero no merece la pena. Bastante cutre, creo que hasta El Ejido podría permitirse un paseo de esas características. [Sí, soy como Manolo Escobar, no quiero a mi pueblo.] Y de ahí, vuelta al hotel.

Al día siguiente tomamos un autobús (casi hora y media) para llegar a la costa, a Santa Monica Pier, para ser más exactos. Es curioso de ver, pero tampoco es algo maravilloso. Me gustó, eso sí, el cartel que muestra el final de la ruta 66. Estuvimos un rato en la playa, me bañé (ya he cumplido el reto de septiembre, octubre y noviembre) y tomamos el sol.

Por la tarde decidimos subir a otro de los pocos lugares recomendables, el observatorio Griffith. El lugar es muy bonito, puedes observar la ciudad desde las colinas de Hollywood, ver el magnífico cartel (sigo defendiendo que debería poner Hollywoodland, porque sí), y la puesta de sol. Las luces en downtown empiezan a encenderse, y pronto te hallas en otro mundo. Además, el observatorio en sí es curioso, y se puede visitar alguna exposición relacionada con la astronomía. Y gratis.


Antes de coger el tren, al día siguiente, anduvimos un rato por el centro de la ciudad. Sin nada destacable, quizás Little Tokyo, pero demasiado "little" para mi gusto. Podría estar mucho mejor aprovechado.

En resumen, no me gustó Los Angeles, nada. Al menos lo que es la ciudad. Es una ciudad fea, muy fea. Ahora bien es cierto que hay muchas más oportunidades, sobre todo culturales. Pero no me gustaría vivir ahí. San Diego, I love you.

Otro hecho más o menos destacable, mi cumpleaños. Me falta un año para la "mayoría de edad". Muy mal, porque no puedo hacer nada. Ni alquilar un coche, ni entrar en una discoteca. Pero nuestras fiestas alternativas no está mal. Me encantan nuestros "chilling times", como el de mi cumple. Y mis amiguísimos se portaron muy bien. Regalos de todas partes del mundo, y por fin, la ansiada sudadera de UCSD. Eligieron mi favorita, y no se lo había dicho a nadie. Cómo me conocen. GRACIAS. Sin embargo, este cumpleaños fuera se me ha hecho un poco duro, y me he acordado de casa. Una de las primeras veces.


Y el mejor regalo, sin duda, es el que estoy viviendo ahora mismo. Mi hermanita está a 20 millas de mí. En Boston hace mucho frío, y no ha tenido nada mejor que hacer que venir al calorcito de Southern California a una conferencia de neurociencia y, de paso, hacerme una visita. Ya conoce el campus, y mañana haremos visita a San Diego downtown, cosa que me apetece teniendo en cuenta que solo he estado allí una vez en casi 2 meses.

Muchas cosas han pasado desde la última vez, aunque creo que ahora bajaremos el ritmo. Al menos hasta el siguiente puente, Thanksgiving, próximamente.