3.12.13

Inma Martín, te echo de menos

Como respuesta a la crítica (súper personal) a mi blog publicada en mi tablón de Facebook, me dispongo a responder, ante todos.

Inmaculada Martín Moraga, te quiero, te adoro y te vuelvo a querer. No vuelvas a decir que no me acuerdo de ti. Porque entonces sí que te dejaré de querer. De golpe.

Boston no tendrá tu microclima, porque es solo tuyo. Y lo creas o no, también lo echo de menos. Porque me recuerda a ti, claro, no porque no esté disfrutando del calorcito en California (te juro que me prometí a mí misma no darte envidia en este post, pero…).

Tengo un total de 3.630 fotos tomadas hasta la fecha. ¿Las quieres todas? ¿Te las mando en un paquete por correo postal? Los gastos de impresión y envío corren de tu parte. Hablando de envíos, mucho que soy ya la que no se acuerda. Sigo esperando tu postal de vuelta. Algunos suecos (os quiero más a vosotros) ya lo han hecho. Pero tú no me quieres. Tú no me recuerdas.

Lo peor es que no te hayas dado cuenta de que entre los millones de papeles que tendré que firmar en España, voy a hacer un huequito para veros. A la mitad de Madrid, repartidos por toda la geografía española, y a mi pueblo entero. Y me han dicho que puedo renovar visado aquí, sin tener que pasar por España, pero voy a volver. Por mi familia, por mi Andalucía, por mis amigos. Así que de verdad DON’T DARE a decir de nuevo que no os tengo en cuenta (perdón por el Spanglish, la cercanía de México).

Y ya no te voy a llevar ni ardilla ni surfista (ni koala en el peor de los casos). Me los quedo para mí.

No hace falta que sea un propósito de año nuevo. Ya me preocupo por ti, bella. Mucho. Tú también te preocupas por mí. Y lo demuestran tus continuos “holis”, “jijijijiji” o simplemente “Marta” que hacen que levante la vista de lo que estaba haciendo justo antes de recibir tu mensaje. Eres la persona con la que más hablo en España (quitando a mi familia, que por algo es mi familia), pero vosotros sois parte de mi otra familia. Una familia a la que quiero y sin la cual tampoco puedo vivir. Que quizás “no te echo de menos” (mentira, pero bueno) porque me haces sentirme en casa. Porque nuestras tonterías y tus cotilleos, con mensajes de odio (o envidia) intercalados, nunca se terminarán. Es como si se tuviera aquí conmigo, pero POR FAVOR VEN A VERME.

Que cuando me has dicho que estabas haciendo una crítica me he temido lo peor, y mis peores pesadillas se han cumplido. Pero ¿cómo demonios puedes pensar que os he olvidado?

Te echo de menos, bella. Mi bella. Y lo sabes, así que no sé a qué viene esta llamada de atención. Serás una buena periodista, poniéndote bajo el foco cuando la ocasión lo requiere. Y has llamado mi atención. Aquí tienes, tu post para ti solita. No has tenido que esperar una semana, y tienes tanta importancia como para ponerme a redactar dejando a mis nuevos amigos en una sobremesa a la española. Ya te vale.

Que te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario